Por
Ana Fernanda Garduño
Cuando
le mencionas la palabra “libro” a un adolescente o persona joven promedio, lo
más seguro es que cambie de tema de inmediato, o que ría cínicamente y se aleje
de ti para platicar con otra persona, o lo más común, que te diga: “No me gusta
leer, me parece aburrido”. Es realmente increíble cómo la literatura ha sido
devaluada en estos días, en especial, como dije antes, por la gente joven. La
sociedad está sufriendo una transformación intelectual más fuerte que nunca. La
verdad es triste y difícil de aceptar para aquellos que amamos los libros: La
literatura está muriendo. A pesar de que los padres o centros educativos forcen
a los adolescentes a leer, es una lectura sin sentimientos, lineal, obligada. Y
ningún libro es bueno si se lee sin ganas. Y es entonces cuando nos
preguntamos: ¿Cuál es la solución para que los jóvenes se interesen en la
literatura?
El
moderno género literario: “Literatura juvenil” consta de publicaciones que
tienen temas interesantes para los jóvenes, generalmente románticos. Pero
generalmente son burlas a lo que es la literatura de verdad. Eclipsa los
grandes clásicos, y los hace desconocidos y poco interesantes para los jóvenes.
Y eso nos lleva de vuelta a donde empezamos: La mayoría de la actual literatura
juvenil empeora las cosas más que mejorarlas, y los jóvenes siguen sin querer
leer cosas que son buenas de verdad.
Y
es entonces cuando nos preguntamos, de nuevo, por la solución. En mi muy
personal opinión, lo que se debe hacer si queremos que los jóvenes del futuro
estén interesados en el maravilloso mundo de la literatura, es acostumbrarlos a
los libros desde pequeños. Hay que dejar de lado el entretenerlos con vídeos
infantiles y películas, aunque de momento parezcan útiles, no hacen nada más
que acercarlos al peligroso círculo de los enemigos de los libros. No tienen
que ser libros muy avanzados los que se les presenten a los pequeños, son sólo
una herramienta para mejorar el estado de la juventud y su relación con la
literatura, cosa que, sin duda alguna, el mundo y la sociedad necesita.